martes, 24 de mayo de 2011

BLOQUE II “LA ENSEÑANZA DE LOS VALORES EN EL CONTEXTO ACTUAL”

Proponemos así, un profundo trabajo de reflexión y de conocimiento personal. Y a partir de allí, un espacio para la reflexión, el intercambio y la construcción de propuestas para la educación en valores.

Actividades de la semana 2:

1. Leer los documentos que se proporcionan aquí mismo y realizar:
2. Un mapa mental utilizando los recursos de la semana. Este mapa envienlo a mi correo electrónico
3. Participar en el foro "Los valores en el contexto actual" en el cual expresemos las reflexiones que generamos a partir de las lecturas y por otro lado contestanto las siguientes preguntas ¿Cómo se viven los valores en la sociedad Mexica? y ¿Porqué se vivien de esta manera?

LECTURAS SEMANA 2


LOS VALORES EN LA FAMILIA

Los Valores familiares entre los miembros de una familia se establecen relaciones personales que entrañan afinidad de sentimientos, de afectos e intereses que se basan en el respeto mutuo de las personas.

La familia es la comunidad donde desde la infancia se enseñan los valores y el adecuado uso de la libertad. Las relaciones personales y la estabilidad familiar son los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad. Es por esto que en la familia se inicia a la vida social.

Es en la familia donde se enseñan los primeros valores; valores que serán sustento para la vida en sociedad y a lo largo de la vida de la persona. Entre otros destacan los siguientes:

La alegría:

La alegría es un valor que se siembra primeramente en el seno familiar. Es en el núcleo familiar donde se procura que los miembros se ayuden unos a otros en sus necesidades, en la superación de obstáculos y dificultades, así como el compartir los logros y éxitos de los demás.
En el fondo lo que se fomenta es dejar el egoísmo a un lado, buscando el bien y compartir con el otro. Cuando nos centramos en nuestras preocupaciones y no estamos dispuestos a ayudar a los que nos rodean somos egoístas. El egoísta no suele ser una persona alegre. Es en este darse a los demás miembros de la familia donde se obtiene la alegría.
La alegría no depende de las circunstancias o de las facilidades que puede presentar la vida y tampoco consiste en tener cosas. Este valor tiene su fundamento en lo profundo de la persona, no es sino la consecuencia de una vida equilibrada, de una coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos, el tener una mente y un cuerpo sanos.

La generosidad:

La generosidad es uno de los valores que se fomentan en la vida familiar. Entendiendo por generosidad el actuar en favor de otras personas desinteresadamente y con alegría. Hacer algo por otras personas puede traducirse de diferentes maneras, por ejemplo, dar cosas, prestar juguetes, dar tiempo para escuchar y atender a otro miembro de la familia, saludar, perdonar.
Se notará una actitud generosa en una persona que se esfuerza por hacer la vida agradable a los demás miembros de la familiar.

El respeto:

El respeto hacia los demás miembros es otro de los valores que se fomentan dentro de la familia, no sólo respeto a la persona misma, sino también a sus opiniones y sentimientos. Respeto hacia las cosas de los demás miembros, respeto a su privacidad, respeto a sus decisiones, éstas, por supuesto, adecuadas a la edad de la persona. Es en la familia donde el niño aprende que tanto él o ella como sus ideas y sentimientos merecen respeto y son valorados.

La justicia:

La justicia se fomenta en el seno de la familia al establecerse lo que corresponde a cada miembro de la misma. Recordemos que la justicia consiste en dar a cada uno lo que les corresponde. Una persona que se esfuerza constantemente por respetar los derechos de los demás y le da a cada uno lo que debe, tiene la virtud de la justicia.

La responsabilidad:

La responsabilidad supone asumir las consecuencias de los propios actos, no solo ante uno mismo sino ante los demás. Para que una persona pueda ser responsable tiene que ser consciente de sus deberes y obligaciones, es por ello, de gran importancia que los hijos tengan sus responsabilidades y obligaciones muy claras. Por ejemplo, el niño debe tener claro que es su responsabilidad la calidad y el esfuerzo en sus estudios, que debe poner el mayor trabajo y empeño en esta actividad, en beneficio propio y en respuesta a la oportunidad que le brindan sus padres.
El desarrollo de la responsabilidad en los hijos es parte del proceso educativo, esto con vistas a la participación de los hijos en la vida familiar primero, y a la vida en sociedad después, de una manera responsable y autónoma.

La lealtad:

La lealtad surge cuando se reconocen y aceptan vínculos que nos unen a otros, de tal manera que se busca fortalecer y salvaguardar dichos vínculos así como los valores que representan. La aceptación y el reconocimiento de este vínculo no se centra hacia el futuro, como una posibilidad, sino que es una realidad actual. Este vínculo no pasa con el tiempo, es profundo, suele madurar y fortalecerse a la larga.
Es en la familia donde surgen y se fortalecen este tipo de vínculos, por ejemplo, un niño pequeño aprende a ser leal al esforzarse por ayudar a los demás, al procurar hacer todo lo que pueda para cumplir con lo que sus padres le dicen que es bueno. Se muestra lealtad entre los hermanos al apoyarse, defenderse y ayudarse ante las dificultades, ante la amenaza de personas o circunstancias ajenas a la familia.
Conviene aclarar que ser leal a los papás, por ejemplo, no significa aprobar una conducta errónea de los mismos, sino el respetar y cuidar su buen nombre, se trata de ser sincero con ellos, además de ayudarlos a superar las dificultades.
Lo mismo ocurre al ser leal a la patria, esto no supone ocultar o negar los males y deficiencias que en ella puedan existir, sino el proteger, reforzar y participar en la vivencia de los valores de la misma.

La autoestima:

La autoestima es uno de los valores fundamentales para el ser humano maduro, equilibrado y sano. Este valor tiene sus raíces y fundamentos en el núcleo familiar.
Se entiende por autoestima la visión más profunda que cada persona tiene de sí misma, influye de modo decisivo en las elecciones y en la toma de decisiones, en consecuencia conforma el tipo de vida, las actividades y los valores que elegimos.
Desde niños vamos construyendo el concepto de nosotros mismos de acuerdo a los mensajes recibidos de nuestros padres, hermanos, familiares, amigos y maestros. Es la suma de la autoconfianza, el sentimiento de nuestra valía personal y de nuestra capacidad. Ésta se basa en la variedad de pensamientos, sentimientos, experiencias y sensaciones que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida, pero principalmente a lo largo de nuestra infancia y adolescencia.
Si queremos construir una personalidad fuerte y equilibrada, es de vital importancia que como padres hagamos sentir a nuestros hijos que son dignos de ser queridos con un amor incondicional, es decir, no condicionado a su comportamiento, calificaciones o actitudes.
Elevar la autoestima de nuestros hijos es de vital importancia, ya que contribuimos a que desarrolle la convicción de que es estimado y valorado, que es competente para enfrentarse a la vida con confianza y optimismo, y que es merecedor de la felicidad.

SEGUNDA LECTURA DE LA SEMANA 2

PROCESO DE ACCIÓN VALORAL

Introducción

La globalización ha intentado imponerse como pensamiento único, que promueve su filosofía empresarial determinada por los principios y valores de mercado, donde a todo le pone precio y valor a nada, y al vender los valores, el tener desplaza al ser, a través del consumismo y la pérdida de identidad cultural mediante ideas de dominación.

El actual esquema económico ha sustituido los valores humanos, por los valores de mercado: competencia, eficiencia, productividad y calidad que se han impuesto en todos los órdenes de la vida; y ha pervertido la esencia de los valores como el de la solidaridad que lo ha entendido como el compromiso con los que menos tienen y que se realiza con acciones caritativas y compasivas (Así el gobierno delega su responsabilidad de atender a los grupos vulnerables a través de organismos altruistas).

La economía determina el proyecto educativo, es por ello que en la elaboración del Programa Nacional de Educación, participaron además de representantes tradicionales gubernamentales, sociales y sindicales, la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES), la Comisión del Sector Empresarial (Cese) y otros organismos del sector privado. Asimismo se tomaron en cuenta los puntos de vista de organismos internacionales especializados en la materia. Lo que da cuenta del interés empresarial nacional e internacional de ver a la educación como mercancía.

La filosofía empresarial que rige actualmente la política educativa del gobierno foxista, promueve los principios y valores que expresan que una escuela funciona de manera eficiente y productiva si es capaz de competir con las demás escuelas, contraponiéndose estos valores a los postulados del art. 3º. Constitucional. Un ejemplo de ello, es la competencia que se presenta como valuarte del progreso individual y social, y fomenta el egoísmo, la codicia y la mezquindad, al no compartir los éxitos educativos obtenidos, con el fin de obtener y mantener un presupuesto mayor que se destina al Programa Escuelas de calidad (PEC). Y aunque se reconocen los valores humanos consagrados en la Constitución, llama la atención que "el apego a la legalidad", sea reconocido como un valor que rija las relaciones de los miembros de la comunidad escolar y determine a los demás valores.

Otro aspecto expresado en dicho Programa es el de reconocer como parte de la calidad del proceso y el logro educativo los valores y las actividades necesarias "para alcanzar una vida personal y familiar plena, ejercer una ciudadanía competente y comprometida, participar en el trabajo productivo y continuar aprendiendo a lo largo de la vida", sin embargo esta aspiración que se espera alcanzar para el año 2025, pasa a segundo plano, ya que el sistema de control y seguimiento, se basará en los resultados. No obstante, en lo referente a la ciudadanía, ésta implica responsabilidades y derechos, en la que participen y decidan democráticamente, sin embargo, estos valores se citan, pero en la realidad no existen.
De esta forma, los objetivos menos cuantificables como son las actitudes y valores que forman parte del desarrollo integral del educando, quedan subordinados al logro de resultados que están sujetos a controles externos de calidad.

Existe una política centrada en el aula y la escuela, en la que se exige asegurar la eficacia, que será supervisada mediante una evaluación continua (fiscalización), pero también se delega en ella la responsabilidad del éxito o el fracaso obtenido, además del deber que tiene de lograr la justicia educativa y equidad, afianzando la igualdad de oportunidades, la permanencia y el logro obtenido. De esta forma, la escuela es la institución-receptora a la que se le cargan responsabilidades que la sociedad y el gobierno no pueden o no quieren resolver.

Estas son algunas de las condicionantes que definirán a largo plazo la política educativa y el papel de la escuela en la formación de valores.

Ante este contexto internacional y nacional que define la política educativa y par los fines de este trabajo surgen las siguientes preguntas: ¿Qué son los valores y que sentido e importancia tienen en la vida humana? ¿Qué es la jerarquía y orientación de valores? ¿Qué papel juega la escuela en la formación de valores? ¿Cómo se enseñan los valores? ¿Existe una Pedagogía de los valores en México? ¿Qué estrategias se pueden implementar para constituir la Pedagogía de los valores? A continuación se tratará de dar respuesta a estas interrogantes.

El Valor como concepto.

La palabra "valor" es polivalente porque existe gran cantidad de acepciones y es compleja porque hay varias ciencias que tratan de su conceptualización y en cada una hay una variedad de corrientes de pensamiento que le da su propia interpretación. El concepto de valor se analizará en dos sentidos: el general que corresponde a los valores culturales y el moral que corresponde a los éticos morales. El sentido general o cultural significa selección o preferencia y se da cuando una acción, persona u obra de arte tienen valor o son valiosas e indica que un valor o una cosa valiosa son objetos de elección para el hombre o son preferibles a otro.

El sentido moral o ético moral se presenta cuando se afirma la existencia de lo moral o valores morales y se refieren a la elección de lo bueno y lo correcto y posibilitan la manifestación de rasgos esenciales del hombre, es decir su capacidad de realizar actos morales. En lo social, se expresan en los principios y las normas que tienden a regular la conducta. "En tal sentido, los valores morales son el fundamento de la moral, de las acciones morales." Es aquí donde las necesidades superiores, espirituales, promueven la personalidad desarrollada e impulsan y orientan la realización de los valores.

Una vez creados, hay valores trascendentales, que pueden perdurar, no como esencias inmutables no como productos de una época social determinada en forma coyuntural, sino manteniéndose en el devenir de la humanidad por el consenso social, como valores universales que están contenidos en las garantías universales, en los derechos humanos, la Constitución, en los planes y programas de estudio.

Para definir el valor:

a) no existen valores en sí, sino objetos reales que poseen valores; b) solo se dan en la realidad como propiedades valiosas de los objetos de esta realidad; c) requieren la existencia de propiedades reales que constituyen el soporte necesario de las propiedades que consideramos valiosas y; d) estas propiedades reales que sustentan el valor sólo son valiosos potencialmente y para hacerse efectivas, es indispensable que el objeto se encuentre en relación con el hombre social, con sus intereses o necesidades.

Es así como los valores no existen fuera de las relaciones sociales, fuera de la sociedad y el hombre, por lo tanto, como todo fenómeno social los valores poseen un carácter histórico social concreto.

El estudio de los valores ha sido abordado desde la psicología y la pedagogía con intenciones operativas e instrumentales, siendo conceptualizados como actitudes ya internalizadas o necesarias de adquirir a través del proceso de enseñanza - aprendizaje o en el proceso de socialización formal e informal.

Aunque existe otro enfoque psicopedagógico en donde el valor expresa un sistema jerarquizado y el contenido valoral adquiere posición relativa e indica preferencias internas entre los valores. Para Torroella (1998) esta jerarquía se da por influencias de todas las esferas del modo de vida (familia, escuela, comunidad, ambiente físico, ambiente sociocultural y el trabajo) y de las preferencias, elecciones y decisiones que ejercemos en ellas y que influye en la concepción del mundo y ésta a su vez en la personalidad en la que se ha formado la jerarquía de valores, así como el sistema de valores. En este sentido, los valores no existen con independencia unos de otros, sino en lógica subordinación, con referencia a una mayor o menor importancia en la apreciación del sujeto que los descubre, ordenándolos en una escala interior que va a constituirse en una guía de su conducta. Para él, la jerarquización de los valores es lo que otorga la talla moral a cada individuo, es la que conforma su personalidad. La educación de una persona dependerá sin duda de esta escala moral que haya interiorizado y que se encuentre en congruencia con el propio proyecto de vida, como canalización de todas sus energías.

De acuerdo a esta visión, se conceptualiza a los valores en un doble sentido como: I. La satisfacción de nuestras necesidades y deseos.

II. Metas u objetivos o fines últimos de nuestra vida.

Él no encuentra diferencia en ambos significados, porque considera que son dos modos de expresar la misma idea en forma diferente, al advertir que una de las necesidades fundamentales que tiene el hombre que satisfacer en la vida (acepción I) es encontrar o crear un sentido a un objetivo a su vida (acepción II). ¿Pero los niños tienen una formación valoral definida? Ante esta interrogante es importante tomar en cuenta que "la asimilación de valores y orientaciones de valor estables es característica de los adultos," mientras que "en los niños, adolescentes y jóvenes se manifiestan aquellas que son producto de sus experiencias, de las influencias educativas, del hogar, de la escuela, de los diferentes factores con los que interactúa, de las condiciones en que se desenvuelve, del medio social en el que se desarrolla."

Es así como "las orientaciones valorativas se van conformando desde las primeras edades y dependen, en primer lugar, de la experiencia histórico social concreta, del tipo de sociedad y de la clase a (la) que pertenece el individuo. En ellas influyen el nivel educacional de la persona, su educación político ideológica, sus interacciones familiares y la forma en que conoce, relaciona y valora los objetos y fenómenos de su entorno."

Una vez presentadas las características y los componentes del valor, existen dos aspectos esenciales que la conceptualizan:

a) Como parte de las cualidades o características de las cosas, de las acciones, de los procesos, de los sentimientos o de las ideas atribuidas y preferidas, seleccionadas o elegidas de manera libre, conscientemente o no, por el individuo o por los grupos sociales y que sirven para orientar sus decisiones, comportamientos, acciones y sentimientos en la satisfacción de determinadas necesidades y donde gracias a estas cualidades, los sujetos o la sociedad se inclinan hacia aquello que consideran positivo, dependiendo de su concepción del bien.

b) Sirven de guía para tomar posición en relación con las costumbres y formas de actuación de la sociedad; a través de ellas, se puede evaluar o juzgar a sí mismo y a los demás; también son portadores de identidad personal en las relaciones sociales y se constituyen para la acción y en general como fundamento de los proyectos (de vida) donde los seres humanos establecen fines, objetivos y metas en su actividad individual y social.

Al analizar el concepto valor desde diferentes perspectivas, se reconoce la incidencia que tiene en la educación, para precisar esta relación se presentan tres premisas fundamentales.

1. Todo proceso educativo conlleva a una formación de valores, y no es posible hablar de una educación sin suponer la presencia de una axiología educativa voluntaria o involuntaria. Puesto que su presencia se da en forma inherente en la actividad educativa, de ahí la importancia que tiene la escuela como portadora de valores.

2. El carácter inevitable que tiene la escuela en la formación de valores, al ser la depositaria de dar respuesta a las necesidades de la sociedad con relación al desarrollo de la personalidad de los alumnos, constituida por las actitudes y valores que se desarrollan y conforman hasta llegar a constituir su núcleo regulador y orientador. De esta forma el aprendizaje de los valores debe ser significativo e inherente a la actividad cotidiana y la escuela debe desarrollar en el educando las capacidades de comprensión crítica de la realidad personal y social que le permita reconocer y valorar el significado de las situaciones concretas.

3. Todo currículum, toda escuela, todo maestro, forma valoralmente, por ello, se puede comprender que en educación, la neutralidad valoral no es posible. Sin embargo, esta premisa no es reconocida por parte de muchos profesores porque permanece invisible, es decir, se educa valoralmente pero en forma inconsciente, ya que está de manifiesto el currículum oculto a través del cual se obtienen resultados no intencionados, valores y creencias no explícitas, mediante la "socialización" de los alumnos, que se da como pautas de conducta y modelos de relación social. De esta forma la escuela cumple entre otras funciones, la legitimación y reproducción del sistema de valores impuestos por la clase dominante. De ahí que el currículum oculto tenga más estrecha relación con las dificultades del alumno que con sus éxitos.

Es así como la escuela es la institución en que se materializa la relación de poder entre maestro y alumno. Donde el maestro representa allí "el saber y el poder", el poder del saber: es el discurso "pedagógico" en acto, la autoridad de la palabra. Pero también lo contrario: la escuela es el lugar de lucha contra "el saber dominante" contra el régimen dominante de verdad". Un lugar de lucha ideológica, un lugar en que se verifica no como lógica abstracta, sino como práctica cotidiana, la contradicción presente en todo proceso social.

A partir de caracterizar y conceptualizar el valor y las premisas que lo determinan se mencionan dos tipos de didáctica que se aplican en la formación de valores.

a) Didáctica Tradicional
En este tipo de escuela la formación de valores se da en forma aislada del resto de la formación de la personalidad de manera externa, ya que son los adultos los que saben lo que hay que enseñar a los niños y jóvenes que no saben lo que tienen que aprender, ese modo autoritario de imponerles la orientación de valores y el sentido de la vida, trae como resultado una moral falsa e hipócrita. El contenido de la enseñanza consiste en un conjunto de conocimientos y valores sociales acumulados por las generaciones adultas que se transmiten a los alumnos como verdades acabadas.

La formación de valores se presenta de manera fragmentada y descontextualizada de la realidad de los alumnos, la limita o aislada como tareas educativas independientes unas de otras y con objetivos diferentes, además, no existe relación alguna con otros temas, aunado a lo anterior, se da una separación o desvinculación entre sí de los valores, de este modo existe el riesgo de fraccionar, disgregar, atomizar el desarrollo personal del alumno que se orienta por las cualidades superfluas y propuestas aisladas, determinadas por una doble moral.
Por lo que se da una imposición de jerarquías de valores a partir de concebir a la educación como mercancía y no como un derecho universal.

Los valores no corresponden al mundo de lo empíricamente observable que puede ser medible o cuantificable y por lo tanto se considera que no posee un conocimiento seguro y científico.
Se da un proceso vertical de transmisión de los conocimientos, la relación entre maestro-alumno es unidireccional y rígida, expresada por monólogos, no se promueve el análisis y el razonamiento de los juicios de valor, los conflictos son resueltos unilateralmente por el profesor y las normas son impuestas por él, invalidando la experiencia del alumno que puede perder confianza en su propia capacidad de análisis, reflexión y construcción de saberes. Desde esta relación de mando-obediencia, el maestro es el que sabe, enseña y manda y el alumno obedece, lo que conlleva a una relación de dependencia cognitiva y moral. En tanto, los contenidos o conocimientos que el maestro debe transmitir son su principal preocupación y es el programa del curso que va definiendo, a juicio de él, la relación educativa dejando en un segundo plano la educación formativa que se limita sólo a evaluar la conducta observable en el alumno. Lo que importa son los resultados no el proceso para acceder a los saberes.

Se promueve una educación individualista, la organización grupal es disciplinada y parcelada, compuesta de ritos, comportamientos permitidos y procedimientos específicos que definen el trabajo cotidiano. Los principios educativos son inflexibles, tienen un carácter impositivo y coercitivo.

El diseño curricular radica esencialmente en adiestrar y capacitar al alumno para que adquiera herramientas para participar en el mercado laboral. De esta forma, el conocimiento se reduce a la simple transmisión, instrucción y adiestramiento de los alumnos, con el fin de alienarlos y adaptarlos al sistema dominante. (Aunque la política foxista diría: "insertarlos al mercado laboral.")

b) Didáctica Integradora.

Promueve la formación de valores de manera integral, interrelacionándolos en forma sistémica, con el fin de formar alumnos con una personalidad desarrollada totalmente y posean virtudes y cualidades que los distingan como seres humanos. De esta forma, se considera al alumno como un ser provisto de representaciones, significados y símbolos valorativos, es decir, de cultura, de ahí que el valor sea algo tan cotidiano que acontece en la vida de toda persona.
De esta forma, se parte de que el valor tiene un carácter real, porque pertenece al mundo de lo real, son realidades enraizadas en la cultura, desde ellos pensamos y actuamos y son los que deciden y dan explicación y coherencia a nuestra vida, los valores no están fuera de nosotros; son como el aire que respiramos; vivimos en ellos. Se encarnan en realidades concretas y se expresan a través de ellas, pero a la vez, desborda el lugar de su encarnación como expresión de valor. Por eso se debe promover una pedagogía de los valores para la vida y entender que la formación de los valores es un proceso continuo y permanente que se manifiesta en la personalidad de los alumnos en todo momento, es decir en su vida presente y futura.

En esta perspectiva, la vida en el aula se transforma: la relación maestro-alumno y alumno-alumno es bidireccional y se establece mediante el interaccionismo dialógico, herramienta que se emplea para potencializar los conocimientos, los valores y cualidades de manera integral, promoviendo la confianza y seguridad en los alumnos, a partir de una actitud crítica, participativa, consciente y creativa que se ejerce de manera colectiva, socializando los saberes.

De esta forma, el papel del profesor es el de ser un facilitador y guía de estos saberes, promueve la participación, las criticas y acepta las sugerencias que le hacen los alumnos.
Mediante estas interacciones se van conformando en ellos, juicios de valor sobre sí mismos, sobre los maestros, las escuelas y la realidad, en donde el análisis, la reflexión y solución de conflictos tienden a la toma de posición y son sujetos activos de su propia jerarquía u orientación de valores respecto a sus preferencias y proyecto de vida.

Las normas son propuestas por los alumnos y el profesor, creando un ambiente democrático, afectivo, moral e intelectual que tiene por objeto la formación integral de la personalidad y por lo tanto, de un ser social transformador. En esta didáctica se promueve una educación transformadora en donde la realidad se aborda en forma dialéctica. Lo cual implica que los profesores se apropien del currículum real, y escudriñen lo que no está explicitado, para que estén en posibilidad de develar y criticar el discurso dominante y proponer una alternativa de transformación en su práctica docente y en su entorno, de lo contrario seguirán reproduciendo el sistema dominante

Los métodos que se aplican en la formación de valores, en la didáctica tradicional y en la integradora se pueden complementar, ya que es posible enseñar los valores mediante el enfoque analítico es decir los valores a, b y c se presentan de manera independiente, abordando aspectos parciales de la personalidad. Mientras que con el enfoque holístico o sistémico se basa en una estrategia global que está presente en todo momento en la vida cotidiana en el salón de clases y en los contenidos curriculares (de tal forma que se aplica la transversalidad curricular) y que ejercen un efecto sinérgico cuyo propósito es el desarrollo de las potencialidades personales como meta general.

Propuestas El primer método pedagógico para la formación de los valores es el educar con el ejemplo, en todas las áreas de la vida.

 Fomentar los valores positivos y superiores.

 Crear las condiciones y las actitudes que promuevan el pleno desarrollo de una personalidad sana.

Las principales condiciones para ese desarrollo integral de la persona, fundamento de la formación de los valores, son las siguientes:

 Centrar la educación en la atención y cultivo del ser humano y no en la transmisión y acumulación del saber deshumanizado.

 Dignificar la labor educativa.

 Amar y respetar la personalidad del alumno.

 Revitalizar la escuela para la vida.

 Promover actividades dirigidas a la autonomía y a la autorrealización.

 Fomentar la creatividad.

 Promover la convivencia amistosa y solidaria.

 Saber enfrentarse a la diversidad y divergencias.

 Ser comprensivos.

Actitudes y conductas que se deben erradicar como:

 La enseñanza autoritaria, autocrática, impositiva y dogmática.

 La enseñanza meramente informativa y no valorativa, al enseñar hechos y no valores, al transmitir el saber y no el valer.

 La pasividad, la inercia, el conformismo, la apatía y la indiferencia.

 El estímulo y la recompensa a las conductas de conformismo, sumisión y mediocridad.

 Actitudes coercitivas y de opresión.

 La doble moral.

La pedagogía de los valores aspira a:

A. Fortalecer y desarrollar el nivel superior consciente, racional y volitivo donde residen las formaciones centrales de la personalidad, como son: la concepción del mundo, el concepto de sí mismo, la jerarquía y orientación de valores y el sentido de la vida.

B. Satisfacer las necesidades superiores, espirituales que aspiren al desarrollo pleno de la personalidad y de sus potencialidades, cada una de las cuales realiza un valor.

Los principales enfoques y métodos de la educación para una Pedagogía de los valores son:

1. Definir qué son los valores y desarrollar la conciencia crítica, reflexiva y valorativa.
2. Percibir la presencia y relaciones de los valores con todos los hechos que nos rodean.
3. Enseñar los valores siguiendo los pasos del método científico: observación, experimentación comprobación.
4. Promover la enseñanza problémica, enseñar no mostrando hechos, respuestas o soluciones; si no planteando preguntas, formulando problemas y ayudando en la búsqueda y soluciones.
5. Transitar de la etapa de la heteronomía moral en que se piensa, decide y actúa por la influencia de las demás personas, hasta la etapa de la autonomía moral o capacidad del sujeto para pensar, estimar, sentir, decidir y actuar independientemente. 6. Vincular la teoría con la práctica, la enseñanza con sus aplicaciones. 7. Convivir con personas que vivan, estén identificadas y realicen los valores o estar en contacto con un medio cultural portador y transmisor de valores. Algunas de las estrategias que se proponen son:

 El trabajo colectivo: Esta forma de organización grupal está sustentada en el planteamiento teórico de Vygotsky, cuya tesis principal radica en que el alumno aprende más al interactuar con los demás. Es decir, las personas pueden más si trabajan en cooperación que si lo hacen solos y en donde el entorno social puede servir de apoyo (andamiaje)para elevar el nivel de desarrollo de un individuo, así, lo que el niño haga hoy en colaboración con un adulto o un niño más avanzado, después será capaz de hacerlo por sí mismo y a su vez está en posibilidad de alcanzar con el trabajo en cooperación una competencia superior mediante una relación recíproca, en la que se brinda el apoyo y que poco a poco se va a ir retirando hasta lograr que el alumno sea capaz de actuar por sí mismo.

 La asamblea: propuesta surgida de las técnicas de Freinet, es un espacio que tienen los alumnos para que discutan y propongan actividades tendientes a una mejor organización del grupo y en ella también se discuten conflictos morales a los que de manera colectiva se les debe de dar una solución.


 El debate: es una actividad que promueve el intercambio de ideas, desarrolla la capacidad de análisis y reafirma los juicios de valor al reconocer las consecuencias y proponer soluciones.

Por último, se proponen actividades didácticas que promueven la formación de valores y que en nuestra práctica docente pueden trabajarse en cualquier asignatura con los alumnos de manera intencionada, explícita y consciente. Promover la formación de los valores a través de la mímica, narraciones, fábulas, historietas, reflexionar frases, lecturas de cualquier asignatura, ver películas o reportajes y programas de TV, dilemas y conflictos en el grupo, actividades artísticas: música, danza, teatro, pintura, escultura, resolver ejercicios en cuadernillos en donde haya sopas de letras, crucigramas, etc., armar rompecabezas, excursiones culturales y recreativas, en las ceremonias, analizar documentos como la constitución, derechos de la niñez, etc.

La construcción de la Pedagogía de los valores debe edificarse sobre sólidos cimientos, para ello se requiere que nosotros los profesores seamos los primeros en estar convencidos de esta necesidad, aceptemos el reto de comprender y practicar los valores, las relaciones que establecemos con ellos y con los que nos rodean, esto implica que estemos comprometidos y seamos los principales promotores en transformar nuestra práctica docente y asumir la responsabilidad para convocar a los sujetos sociales implicados en la acción educativa: padres de familia, alumnos, autoridades estatales, federales, educativas y sindicales con el fin de analizar, discutir y proponer acciones encaminadas a la formación de valores de los niños y jóvenes.

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